¿Cuántas veces te has sentido desconectada de tu voz interior, dudando de si las decisiones que tomas en tu vida o en tu proyecto son realmente tuyas o están influenciadas por todo este ruido que tienes alrededor?
Me juego un dedito a que esto que te cuento te ha pasado más de una vez, y más de dos. ¡Bienvenida al Club! Eso sí, guarda el látigo porque desde ya te digo que no es tu culpa.
Vivimos en una era donde el ruido lo inunda todo. Redes sociales, consejos de gurús, tendencias que cambian cada dos por tres. Y la verdad es que es muy complicado escuchar nuestra propia voz en medio de tanta interferencia.
Si este tema te interesa, échale un ojito a un vídeo que tengo “Cómo el ruido digital está matando la comunicación de tu marca”. Verás que es el complemento perfecto para entender cómo nos afecta ese exceso de información y cómo podemos empezar a filtrar lo que realmente importa.
Pero hoy quiero hablarte de cómo usar tu intuición como brújula estratégica en tu proyecto. Si prefieres escuchar, aquí tienes íntegro el episodio 28 del podcast The Human Side, el único podcast de emprendimiento con el que hacer crecer tu proyecto gracias a la comunicación estratégica, la inteligencia artificial y, cómo no, el desarrollo personal.
00:01:12 – Explorando la intuición y la voz interior
00:03:17 – Reconectar con la importancia de la intuición
00:06:55 – El impacto del estrés en la intuición
00:10:34 – Descubrir y confiar en la intuición
00:14:01 – Abrazar la intuición en la comunicación
00:17:35 – Estrategias para reconectar con la intuición
00:20:57 – Confiar en la voz interior
00:24:16 – Petición de suscripción y despedida
Y si prefieres leer, aquí tienes un artículo con la transcripción del episodio, pero editado, y formateado, para que sea agradable de leer, ¿sí?
La intuición, fundamental en nuestras vidas y en nuestros proyectos
La intuición es esa brújula interna que siempre está ahí pero que muchas veces dejamos de escuchar porque estamos desconectadas de nosotras mismas y de nuestro sentir interno.
Así que vamos a explorar qué es la intuición, cómo está profundamente conectada con nuestro cuerpo a través de lo que se conoce como interocepción y qué factores nos han llevado desde pequeñas a desconectarnos de ella.
También quiero compartirte un pedacito de mi historia, un momento en el que mi intuición fue clave para dar un giro importante en mi manera de vivir y de trabajar, y que intuyo pues que puede ser una puerta para que tú también reconectes contigo misma y tomes decisiones más alineadas y auténticas.
Y como no, también te dejaré algunas estrategias para que puedas, si te apetece, obviamente, reconectar con esa voz interna tan poderosa que ya albergas.
¿Cuántas veces has sentido un algo dentro de ti que te dice por dónde ir, pero lo has ignorado porque alguien más te decía que ese no era el camino correcto o que esa no era la manera en la que lo tenías que hacer? ¿O cuántas veces has tomado decisiones desde la mente, dejando de lado lo que sentías en el cuerpo, y luego, más tarde o más temprano, te has dado cuenta de que si hubieras escuchado tu voz interior las cosas habrían sido o habrían ido de otra manera?
Seguro que muchas, o por lo menos yo puedo contabilizar un gran puñado de ellas. Y algo que he ido aprendiendo y que a día de hoy tengo grabado a fuego es que sí o sí, todas, absolutamente todas las personas, necesitamos reconectar con esa brújula interna, con ese radar que es increíblemente preciso llamado intuición.
Qué es la intuición y cómo saber si la estás sintiendo
Pues verás, para mí la intuición no es magia ni es algo esotérico como nos quieren hacer creer. Tal y como yo la entiendo, se trata de una capacidad natural que todas las personas tenemos y que está profundamente conectada con nuestro cuerpo.
Según Nazaret Castellanos, que es una experta en neurociencia y meditación, la intuición tiene que ver mucho con lo que llamamos interocepción, que es la capacidad de percibir lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo.
¿Es decir, viste cuando sientes mariposas en el estómago o cuando notas un nudo en la garganta antes de una decisión importante? Bueno, pues estas señales no son casualidad, son tu cuerpo hablándote. Y te he puesto un par de ejemplos nada más, pero fijo que tú reconoces un montón más de este tipo de señales en ti.
A lo que voy es que la intuición funciona como una antena que capta no solo las señales de nuestro entorno, sino también lo que está ocurriendo dentro nuestro. Nuestras emociones, nuestras sensaciones, los recuerdos, las experiencias previas. Es como una integración de todo eso pero en una fracción de segundo. Es decir, la intuición en realidad es la inteligencia del cuerpo hablándote.
El problema es que hemos dejado de escucharla.
Por qué desconectamos de nuestra intuición
Desconectamos por tres razones, básicamente:
- el sistema educativo
- las expectativas sociales
- el estrés y el cortisol
Déjame que te explique cada una de ellas.
En un mundo lleno de ruido, donde lo urgente siempre parece más importante que lo verdaderamente importante, desconectarnos de nuestra intuición se ha convertido casi en algo inevitable.
Porque, no es fácil escuchar tu intuición cuando el ruido externo grita más fuerte, pero cuando lo haces, te das cuenta de que esa voz interna siempre tiene una verdad que regalarte.
Igual piensa que esta desconexión no ocurre de la noche a la mañana y te despiertas un día en plan Uy, que me he desenchufado. No.
Domesticación a través del sistema educativo
Es un proceso que empieza cuando somos pequeñas y que la matrix propicia de diferentes maneras. La más potente es la domesticación que sufrimos a través del sistema educativo. Es como en la escuela, nos enseñan que sólo hay una respuesta correcta y que todo lo demás está mal. Y esto, amiga salmoneta, no sólo mata nuestra curiosidad, sino que nos hace buscar validación externa, nos hace desconfiar o dudar de nuestras propias respuestas internas.
Ya sé que la educación en muchos lugares está cambiando, pero yo hablo desde mi experiencia y de cómo era en mi generación.
Las expectativas sociales
Luego están, como no, las expectativas sociales. Crecemos escuchando y aprendiendo que debemos agradar, debemos encajar y debemos ser, sobre todo, niñas buenas.
Esto nos enseña a ignorar nuestras propias necesidades para satisfacerlas de los demás. Nos enseña que lo que sentimos, lo que percibimos, no es importante, que lo que importa es no molestar, no hacer enfadar, no parecer mal educadas. Es decir, de nuevo, ser niñas buenas.
En la edad adulta seguimos tomando decisiones basadas en lo que se supone que en lugar de lo que realmente queremos. Es lo que yo llamo la cultura del debería debería hacer esto, debería no decir aquello, debería ser más así, ser menos asá.
Lo que sea, pero casualmente siempre atentando en contra nuestra, no dejándonos escuchar lo que sí queremos, sentimos o pensamos en realidad.
El impacto del estrés y el cortisol
Y por último está el impacto del estrés y el cortisol, que aunque no lo parezca, tienen un efecto devastador para conectar con nuestra intuición. Y es que según Marían Rojas Estapé https://marianrojas.com/ , el cortisol es una sustancia que segrega a nuestro cuerpo cuando estamos en estado de alerta y la mayoría de personas vivimos en ese estado todo el tiempo sin tan siquiera darnos cuenta.
Bueno, cuando este cortisol se mantiene elevado durante largos periodos, no sólo afecta a nuestro cuerpo físico debilitando el sistema inmunológico, sino que también es como que lo nubla. Sí, nubla nuestra capacidad de pensar con claridad y de escuchar lo que sentimos, es como si nuestra nuestra intuición quedará sepultada bajo una nube de pensamientos y de emociones. Y cuando estamos en este modo de supervivencia, priorizamos de nuevo lo urgente sobre lo importante, lo externo sobre lo interno. Y así, poquito a poquito, perdemos esa conexión con nuestro cuerpo, con nuestras sensaciones y en última instancia, con esta brújula interna.
Cómo pasé de no fiarme de mi intuición a abrazarla con los ojos cerrados
Dicho esto, ¿a quién le extraña o le parece raro que en un contexto así lleguemos a la adultez sin saber escuchar lo que nuestro cuerpo y nuestra intuición tienen que decirnos? A mí no. Y menos viéndolo así, me parece incluso una consecuencia casi natural. Aunque ojo, que hayamos normalizado cosas que son anormales no significa que sean normales en realidad, que no se me malentienda.
Te confieso algo, y es que siempre he sido una persona muy intuitiva y muy conectada con lo que hoy en día llamamos el plano espiritual, solo que hasta no hace tanto, yo negaba esa realidad.
De hecho, desde pequeña, y esto puedo verlo ahora en retrospectiva, gracias a recuerdos que tengo muy muy marcados, mi cuerpo ha sido mi brújula y siempre, siempre, siempre me ha ido enviando señales clarísimas, avisándome por dónde ir, en quién confiar, qué hacer y, sobre todo, por dónde, en quién y qué no hacer.
Pero, como te decía, durante casi toda mi vida, pues yo no le he hecho caso. Por un oído entraba y por el otro salía.
Así, así es una no sé por qué, pero yo no confiaba en mí, no sabía lo que era la intuición y cuando la descubrí, pues tampoco dejé que tomara el timón. Es más, yo siempre me definía como una persona hipercerebraica y desde que tengo uso de memoria, pues me he dejado llevar por lo que me decía mi mente, por la lógica como por el intelecto.
Lo curioso es que, de nuevo, mirándolo en retrospectiva, me doy cuenta que todas y cada una de las veces que he ignorado esa intuición, el tiempo ha acabado dándole la razón a mi cuerpo, a mi sabiduría interior.
¿Por qué he dejado que este patrón se haya ido repitiendo durante tantísimo tiempo? Pues antes te decía que no lo sé, pero yo creo que es por esta necesidad de justificar mis decisiones con argumentos lógicos, de buscar validación externa o simplemente porque no confiaba lo suficiente en mí ni en mi intuición y porque, sin que sirva de excusa, pero es que nadie tampoco me enseñó a hacerlo.
El conocimiento personal para aprender a abrazar tu intuición
Hace unos años, cuando empecé a explorar y a usar las distintas herramientas de autoconocimiento para poder entenderme y conocerme mejor, descubrí que mi intuición está en la zona del sacro.
Yo siempre decía como que lo sentía en mis entrañas, en mis vísceras. Ahora le puedo poner el nombre de sacro gracias a la herramienta del diseño humano.
¿Pero más allá, qué significa esto?
Pues básicamente que mi cuerpo, y en particular esto, mi zona sacral, es el lugar desde donde yo tomo las mejores decisiones. Es esa sensación visceral, ese sí o no inmediato que surge sin palabras, sin que entre en juego el pensamiento o la razón, que por un lado, ni es tan inmediata ni es tan libre como parece, porque ya hemos visto lo muy mucho que está condicionada por todos estos factores externos.
Lo más interesante es que este descubrimiento no hizo más que confirmar algo que yo ya sabía pero a lo que nunca le había dado tanta importancia.
Todo este autoconocimiento me dio un marco teórico que ayudó a que mi cabeza entendiera e integrara. Porque ojo, aquí no es lo mismo saberlo intuitivamente que entenderlo y abrazarlo de verdad.
Para mí fue como si de repente todo tuviera sentido. Esos momentos en los que había tomado decisiones siguiendo mi cuerpo y me habían funcionado, por decirlo de algún modo, y esos otros en los que había ignorado mi intuición por completo y de los que acabé llevándome algún que otro palo, cómo no.
Por ejemplo, cuando decidí apostar por un tipo de comunicación más consciente, más integrativa y sobre todo, más energéticamente sostenible, más como del menos, pero mejor, pues yo parecía una locker que iba totalmente a contracorriente de lo que estaba de moda en ese momento.
Porque hace unos años atrás, todo el mundo decía que había que estar presente 24/7, que había que publicar más, facturar más, hacer más, todo más.
Pero había algo en mí que sabía que ese no era el camino y yo intuí que debía apostar por una manera diferente de comunicar, una que fuera más respetuosa con las personas que me seguían, pero sobre todo y especialmente conmigo misma.
Y aunque, en aquel entonces parecía ir en contracorriente porque pocas mentoras o casi ninguna hablaban de ciclicidad, de gestión energética o de una comunicación más consciente, pues yo, por cabezona o por el momento vital que estaba atravesando, decidí confiar en esa intuición.
Aposté por priorizar la autenticidad sobre la cantidad, por crear menos contenido pero con más valor y con más impacto, y por poner a la persona por delante de la marca.
Y aunque muchas veces sentí que era un poco salmoneta por no seguir lo que otros decían que funcionaba, ahora veo como cada vez más colegas del sector, sobre todo mujeres, mujeres mentoras, hablan de estas mismas ideas como si fuera un descubrimiento revolucionario que se han sacado ellas mismas de la manga y que yo hace años que ya eran parte de mi visión.
Escuchar tu intuición
No te cuento esto para ponerme ninguna medalla ni para hacer a nadie de menos. Que no va de eso.
Te lo cuento porque quiero que veas cómo escuchar nuestra intuición, incluso cuando parece que todo el mundo nos dice que estamos equivocadas, puede ser nuestra mayor fortaleza. Puede ser incluso como una especie de don. Tampoco te digo que sea fácil, porque el ruido externo, las opiniones externas, que aquí somos todos opinólogos, siempre están ahí y siempre lo van a estar.
Pero te aseguro que cuando empiezas a hacerlo, las cosas cambian. No solo en tu marca o en tu proyecto, sino en toda tu vida, en todos los aspectos.
Para mí, escucharme, confiar en mi cuerpo y tomar decisiones alineadas con mi sentir ha sido una de las mayores revoluciones internas que he vivido. Y por eso mismo quiero compartir contigo algunas de las estrategias que puedes usar para ti, para reconectar con tu intuición.
Estrategias para reconectar con y elevar tu intuición
Te voy a compartir 4 estrategias que te ayudarán a reconectar con tu intuición
- Silencio para poder escuchar la intuición
- Entrenar tu cuerpo y mente
- Cuidar de tu energía
- Un diario de decisiones
Veamos cada una de ellas.
Crear espacio para el silencio
La intuición necesita silencio para ser escuchada. Porque amiga, el silencio no sólo es ausencia de ruido, es la oportunidad de encontrarte contigo misma. Así que estaría genial que puedas dedicar unos minutitos al día simplemente a esto, a estar contigo misma, sin distracciones, sin interferencias, sin ruido.
Entrenar tu cuerpo y mente
O dicho de otra manera, entrenar esta interocepción de la que hablábamos antes, que como te comentaba al inicio, es esa capacidad de escuchar lo que nos dice nuestro propio cuerpo. Pues esto se puede entrenar con ejercicios de respiración, de meditación o simplemente prestando atención a cómo te sientes.
Si te interesa esto, échale un ojo a los vídeos que tiene colgados Nazaret Castellanos en su YouTube, por ejemplo, porque son una auténtica maravilla y la mujer se explica ultra hiper mega claro también.
Cuidar de tu energía
La intuición florece cuando estamos descansadas y en equilibrio, cuando somos capaces de bajarle el volumen a todo ese ruido que nos genera interferencias con nuestra voz interior.
Así que ahí es cuando aparece esta intuición, cuando sale a flote. Así que si estás cansada, si estás agotada, descansa. Es que no queda otra. Que a veces buscamos soluciones muy complejas a cosas que son muy simples y muy sencillas como estas.
Prioriza el descanso antes que cualquier otra cosa. Y aquí te recomiendo una cuenta de una persona muy bonita que conozco de Instagram. Ella se llama Tamara Franco y de verdad de la buena, que puedes aprender muchísimo de ella en cuanto al cuidado de la energía vital.
Un diario de decisiones
Y por último, y con tal de ir entrenando esa cabecita racional e hipercerebraica que la mayoría de nosotras tiene, te sugiero hacer un diario de decisiones.
Suena un poco rarote, pero verás que es muy sencillo y ni te imaginas el poder que tiene esta herramienta.
Este diario consiste en que cada vez que tomes una decisión basada en tu intuición, la anotes. Yo esto lo hago en mi agenda de papel, no tengo un diario específico para ello, sino que me voy apuntando de decisiones que voy tomando en el día que lo he hecho y en función a qué. O sea, en función a qué parámetro o qué he tenido en cuenta para tomar esa decisión.
Pues luego, cuando termina el mes, unos días o unas semanas después. Por darle un poquitito de tiempo y de perspectiva, evalúes cómo te fue.
Piensa en este diario como un espejo en el que puedes ver cómo esa voz interna que te guía hacia lo que realmente importa tiene toda la razón. Y verás que este simple gesto te va a ayudar infinito a confiar en esa voz. En tú voz.
Reconectar con tu intuición es un acto de amor
Reconectar con tu intuición es un acto de amor propio y de soberanía personal. Es decirte a ti misma Confío en mí, en mi cuerpo, en mi corazón, en mi capacidad de saber qué es lo mejor para mí. Y no sé para ti, hija mía, pero para mí esto no tiene precio.
Por eso, y siendo muy consciente de que vivimos en un mundo lleno de ruido donde todas las voces externas quieren decirte qué hacer, qué pensar y qué sentir, yo te invito encarecidamente a que bajes el volumen de esas voces y subas el de la tuya. Porque creo que esto ya te lo dije en el episodio anterior, pero no importa. Y lo repito, la mejor brújula que tienes no está fuera, está dentro. Y nada más por hoy. Gracias por ser, por estar y por escucharte.
Mis recomendaciones
LIBRO: Intuición (Claves para una nueva forma de vivir): El conocimiento que trasciende la lógica. OSHO.
PELÍCULA/DOCUMENTAL: EL PODER DE LA INTUICIÓN. Una historia de la búsqueda del alma, la ciencia, la naturaleza y la creatividad. InnSæi nos lleva en un viaje alrededor del mundo que busca comprehender el arte de como el ser humano se conecta con su esencia.
DISEÑO HUMANO
OPTIMUS: En esta masterclass de 2,5 horas, dividida en diferentes capítulos, y en formato audio, te enseñaré todo lo que necesitas saber acerca de tus patrones biológicos y cómo utilizarlos para ser más eficiente y productiva. Aprenderás acerca de los diferentes tipos de cronotipos, los patrones de sueño, las ventanas de productividad, las tipologías energéticas y cómo funciona nuestro ciclo menstrual. Y sí, todo esto es autoconocimiento biológico, lo sé, la cosa es que cuanto más conoces tu cuerpo, más cerca estás de tu intuición y de entender tu propio lenguaje corporal 🙂
Nos estamos viendo-leyendo!
Un abrazo,
Èlia